jueves, 19 de mayo de 2011

Brevisima Relacion de la Destruccion de lo Nuestro

     Hace unos días atrás, culmine con la lectura de este necesario libro para los que quieran hacerse de conciencia, Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias, de Bartolomé de las Casas. Este nos narra a pura vivencia la conquista mal llamada descubrimiento de lo que hoy se llama Latinoamérica y parte sur de América del norte. Nos lleva a ese mundo lleno de masacres, se quemaban vivos a los indios, se les arrancaba los niños a las madres para luego tirarlos contra las piedras, se amontonaban miles para luego rajar todo a espada cruda y fría, de seguro si hubieran tenido conciencia, gritarían a viva voz ya no quiero cortar mas. Lobos hambrientos entre ovejas mansas, así nos narra este fraile cansado y harto de tanta maldad, pero no de enfrentarse a ella.
     Veo estos dos mundos, el de hoy y el de ayer con cierta similitud que se resalta sin importar los estragos del tiempo. Esa pasión monetaria que venda los ojos y alma de aquel que caiga en su tentación. Sacrificamos nuestro capital, al infierno lo que nosotros mismos podamos sustentar. Y así continua el saqueo que nunca ha parado durante quinientos años. Pregúntenle a la coca cola, quienes en poco tiempo importaran café trilili de Colombia, lo mezclaran con unos cuantos granitos de aquí, y luego lo exportaran. ¡Que bien, empleos!, así exclamaran casi todos. ¡Que degradación más grande, que prostitución!, así exclamo yo. Me gustaría ver la cara de la reina Isabel dándose un buchito deste café, seguramente quemaría vivo al que se lo ofreció. Esto me trae el recuerdo de aquellos versos de Andrés, Que bajo y que miserable el que su terruño vende.
     Solo veo una diferencia destos mundos. Ya no son aquellos blanquitos con vestimentas de hojalata, sino banquitos llamados reservas federales los cuales mueven todo y deciden quienes serán el próximo Chile, Vietnam o Iraq (Perdonen los otros no mencionados, la lista es demasiado larga). Como quiera que se sea siendo, aun sigue corriendo la misma sangre por los mismos ríos.

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