domingo, 9 de octubre de 2011

Occupy Our Brains

    Veterano a medias de protestas, manifestaciones  y huelgas. Me siento como soldado desarmado en algún Vietnam, sin casco, metralla ni cigarrillos. Varado en medio de la maleza esperando el zarpazo de una bala. Pero a diferencia en esta guerra conocemos al enemigo. Si, es muy conocido y lo vemos a diario. Es viejísimo, tan viejo que data de muchas generaciones atrás. Oh y cambia de cara a menudo para así confundirnos.

     Se llama Don Dinero se apellida Codicia, y no tiene cabeza. Por eso toma las nuestras y utiliza todos los medios para cumplir con este fin. Empezando por asegurarse de mantener una cultura consumerista, así cuando nacemos todos esos valores son clavados en nuestras conciencias, ósea que nacemos preparados para aguantar el siguiente paso. Masivas propagandas subliminales que acaban con cualquier esperanza de tener pensamiento propio. En esta vida de zombis decapitados tenemos solo dos opciones, entregar lo que nos queda de cuerpo y alma a la religión o enlistarnos en la competencia de quien pueda tragar mas alcohol.

    Entonces, ¿qué hacer?, ¿Ocupar Wall Street?, ¿ocupar el capitolio, la AEE y la universidad? ¿Votar en contra de un candidato por condenar al otro? Suena bien. Pero solo seria reemplazar muñequitos para poner a otros que nos simpaticen. Y al tiempo tendremos que reemplazarlos nuevamente porque se les pudrió la guata que tienen en sus cabezas. Por lo tanto antes de ocuparlo todo pregono que nos arranquemos de cuajo la avaricia, la codicia y el odio, los tres cablecitos que nos mueven como marionetas y nos ponen de rodillas ante Don Dinero Codicia.